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MIÉRCOLES 09 DE NOVIEMBRE DE 2016 22:00 0 COMENTARIOS Correo electrónicoImprimirPDF
Holliwood está muy triste... El triunfo del candidato republicano Donald Trump en las presidenciales de este martes ha causado una gran sorpresa en las élites políticas de la Unión Europea, según el experto en relaciones internacionales Jeff Stone.
Al mismo tiempo, el analista duda de que el éxito electoral del magnate se vaya a traducir en cambios radicales en las relaciones entre Bruselas y Washington o en que la desilusión con los resultados de los comicios se manifieste a nivel oficial.
Preocupación por el euroescepticismo de Trump
"Las estructuras de la UE apostaron por Hillary Clinton, por lo que los resultados de las elecciones han sido una sorpresa y les han causado estupor. Una reacción semejante puede llegar también de los mercados europeos, que experimentaron una notable caída tras las plataformas asiáticas. Sin embargo, lo de ahora es solo una reacción emocional vinculada con expectativas incumplidas", afirma el experto en declaraciones a la agencia TASS.
Stone recuerda que Clinton se halla más cerca de la mayoría de los líderes europeos en varias materias que lo está Trump.
En primer lugar, la derrotada es conocida por su labor como secretaria de Estado y su elección habría confirmado la continuidad de la política exterior de Obama.
En segundo lugar, son muchas las declaraciones de Trump que le han hecho ganarse fama de populista, una realidad equiparable al euroescepticismo, un fenómeno especialmente rechazado en las estructuras de la UE.
En tercer lugar, las declaraciones de Trump sobre la posible disminución de la participación de EE.UU. en la OTAN si los miembros de la UE no asignan más fondos a la defensa desesperan en Bruselas.
Pese a todo, el experto cree que los líderes europeos cursarán las felicitaciones formales habituales a Trump por su victoria y les mostrarán su disposición a colaborar con el nuevo Gobierno. La única posibilidad de que manifiesten desafecto a nivel oficial sería una demora a la hora de pronunciarse en público hasta que se cumplan todas las formalidades electorales.
¿Cambios radicales?
Stone destaca que no hay que entender las declaraciones preelectorales de Trump "como una guía de actuación". El experto admite que la política exterior de la nueva administración puede no ser demasiado diferente de la de Obama.
"Durante la campaña electoral Trump debía contraponerse a Clinton, que lógicamente abogó por el curso actual. Pero terminadas las elecciones, este factor se desvanecerá y Trump tendrá que guiarse por la lógica geopolítica y no por la partidista", precisa el experto.
Stone cree que con respecto a Rusia y Siria la política estadounidense puede experimentar cambios "aunque no hay garantías", mientras que en relación a la UE y la OTAN no se deben esperar cambios drásticos "porque hay poco margen de maniobra".
La OTAN envía un mensaje de sumisión a Trump: "El liderazgo de EE.UU. es tan importante como siempre"
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha destacado que "una OTAN fuerte es buena para EE.UU. y buena para Europa".
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha felicitado a Trump por su victoria y ha expresado su deseo de que la alianza atlántica y Washington continúen cooperando porque el "liderazgo de EE.UU. es tan importante como siempre", según Reuters.
"Felicito a Donald Trump con su elección como presidente de EE.UU. y estoy dispuesto a trabajar con él. Es importante que los lazos transatlánticos sigan siendo fuertes en un contexto de nuevos desafíos para la seguridad y amenazas híbridas", ha señalado Stoltenberg. "Una OTAN fuerte es buena para EE.UU. y buena para Europa", ha destacado el secretario general del bloque.
En las elecciones presidenciales de Estados Unidos celebradas este martes, Trump ha logrado 276 votos de los integrantes del Colegio Electoral frente a los 218 obtenidos por la exsecretaria de Estado. Ello allana el camino del republicano a la Casa Blanca, ya que los miembros de aquel designarán al nuevo jefe de Estado.
Ganó el pueblo norteamericano
La hora de Donald Trump: Le ganó a Wall Street, Hollywood y los medios
Nadie ha apoyado a Donald Trump desde el mundo académico ni de la empresa ni de la política. Ni siquiera le quieren los líderes de su propio Partido Republicano.
Nadie que integró los recientes gobiernos manifestó su adhesión: ni los Bush ni los Clinton ni los Obama. Ninguno le ha votado este martes 08/11. Sólo le han apoyado -en las urnas, aunque no en público, el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, y, un poco más en público, el del Senado, Mitch McConnell. Apenas 2 medios en todo USA le respaldaron
El diario N°2 del país, 'USA Today', pidió a sus lectores, por primera vez en su Historia, que no votaran por Trump.
La revista The Atlantic también reclamó el voto por Hillary. No había sucedido un triunfo contra todos y todos desde Lyndon B. Johnson... o desde Abraham Lincoln.
Trump ha destruido a los encuestadores y a las encuestas serias.
No necesitó organizar a los votantes para ir a las urnas, cambió 3 veces de equipo electoral y casi no pagó anuncios de televisión: se ha burlado de los procedimientos para ganar elecciones
Y parece que ha derribado la estructura política y económica de USA. ¿Qué ha pasado. Quizás den en la diana la palabras de un español auténticamente de izquierdas:
De nuevo se equivocaron, esta vez con las previsiones en EEUU. El fondo de lo que ha ocurrido insurrección frente a la globalización y búsqueda desesperada de protección frente a la plutocracia capitalista. El Estado retorna.
Manuel Monereo
Pero ganar unos comicios no equivale a gobernar. Si es investido Presidente, ¿podrá gobernar solo?
Lectura de algunos datos
Dice el New York Times, mientras se duele de la derrota de Clintos, que hay que sacar unas cuantas lecturas, siempre partiendo de las tendencias de voto a largo plazo de demócratas y republicanos:
1. Votos según raza: contra lo pronosticable, Trump consiguió mejorar los porcentajes del voto afroamericano, asiático e hispano frente a los resultados de Mitt Romney en 2.012, precisamente al contrario que Hillary que empeora los resultados entre esos colectivos respecto de los resultados de Obama en 2.012.
2. Votos según edad: Hillary sólo mejora respecto de los resultados de Obama entre el colectivo mayor de 65 años y pierde en los demás, mientras que Trump sostiene el voto joven y mejora el voto entre los baby boomers de la generación de posguerra.
3. Falta la comparativa temporal según residencia, que sólo destaca que en las grandes urbes es hegemónico el voto demócrata, algo que ya se sabía. Sin embargo, los datos evidencian que el mayor giro de los votos de demócrata a republicano ha sucedido en el viejo núcleo industrial o Rust Belt en torno a los grandes lagos (Estados: Indiana, Ohio, Michigan, Wisconsin; Pensilvania...), donde más empleos se han perdido en las últimas décadas como consecuencia de la relocalización manufacturera en Méjico o el continente asiático.
4. En cuanto a formación: Trump ha perdido votos entre los blancos con título universitario frente a Romney, aunque manteniendo un 49% de voto frente a un 45% de Hillary. Sin embargo, ha arrasado entre los trabajadores blancos sin título universitario. ¿Y sobre todo dónde? Efectivamente, allí donde los tratados de libre mercado han dejado sin futuro a varias generaciones.
5. En cuanto a renta: si bien antes el Partido Demócrata solía tener la hegemonía entre las clases sociales más pobres, Trump le ha comido terreno sacrificando parte del voto más adinerado (entre 100.000-200.000 $ anuales, entiéndase).
6. En cuanto a confesión los datos son curiosos. Hillary sólo ha ganado adhesiones del voto judío respecto de los resultados de 2.012, mientras que las demás confesiones han sumado votos a Trump frente a los resultados de Romney en el mismo año. Especialmente el giro es destacable entre el voto católico (tradicionalmente demócrata), que ahora vota al 52% a Trump.
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12 CUESTIONES SOBRE LA VICTORIA DE TRUMP (y una conclusión)
Ernest Milá
Si las bolsas mundiales se han conmovido por la victoria incuestionable de Trump es porque la globalización no va a resistir bien este nuevo período en la historia de los EEUU. Ayer decíamos el enfrentamiento entre ambos candidatos suponía la lucha entre el aislacionismo y el intervencionismo.
0. ¿Qué ocurrirá en los EEUU a partir de ahora? Los EEUU seguirán siendo los mismos que hasta ahora, Trump seguirá siendo un presidente que hablará de la “grandeza de los EEUU”, de “la ciudad en la colina” y seguirá terminando sus discursos con el “Dios bendiga a América” (a los EEUU)… pero ya no será lo mismo. EEUU, a partir de ahora, y mientras Trump siga siendo presidente, veremos el repliegue de los EEUU en sí mismos.
1. ¿Cómo se realizará este repliegue? Hay dos formas de replegarse: ordenadamente o a la desbandada. Trump intentará hacerlo ordenadamente: menos presupuesto para las bases militares en el exterior, mayor control presupuestario, más diálogo con Rusia, final de la guerra de Siria… No está claro, si el mundo del dinero que ha apoyado a Hillary aceptará la victoria de Trump e intentará ganarlo o bien si le declararán la guerra y conspirarán contra él.
2. ¿Qué está ocurriendo en EEUU? Muy sencillo: el progresismo, aun disponiendo del control de la economía, de los medios de comunicación y de la hegemonía cultural, ya no tienen el control de las clases medias, ni de las clases populares. Existe una fractura vertical entre las élites globalizadoras y las clases populares. Las primeras solamente pueden prevalecer en democracia buscando una clientela electoral entre los partidarios de lo políticamente correcto y del progresismo.
3. ¿Por qué se ha producido esta derrota? Por obstinarse en llevar adelante el designio de la élite económica: el proyecto globalizador, contra viento y marea, a pesar de que era evidente que, perjudicaba a las poblaciones especialmente en lo que fue el antiguo “Primer Mundo”: Europa y EEUU.
4. ¿Quién ha perdido? Los promotores de la globalización y del neoliberalismo extremo que, políticamente tenían el apoyo del mundialismo cultural y, en general, del progresismo y de lo políticamente correcto. Han perdido los partidarios del unilateralismo norteamericano, del intervencionismo en cualquier lugar del planeta y del complejo militar-industrial, han sido derrotados los partidarios de mantener a los EEUU como “única potencia mundial”.
5. ¿A qué episodio histórico se puede comparar esta derrota del progresismo? Las elecciones de ayer en los EEUU tienen un paralelismo histórico con la batalla de la Farsalia entre César y Pompeyo… sólo que al revés. La victoria de Pompeyo entrañó la transformación de Roma de República en Imperio. No en vano, los EEUU siempre se han considerado como herederos del Imperio Romano: ellos recorrieron el camino de la República al Imperio. EEUU está en el camino opuesto. Las diferencias de situación en las diferentes zonas de los EEUU (California y Nueva York como mecas del progresismo mundial y el resto de los EEUU son espectaculares para quien conozca aquel país e incluso cabe preguntarse si la cohesión interior de los EEUU podrá mantenerse durante mucho tiempo y si no evolucionará hacia tres o cuatro agrupaciones nacionales con fronteras interiores.
6. ¿Por qué ha sorprendido la victoria de Trump? Porque los medios de comunicación europeos y los grandes consorcios mediáticos situados unánimemente a favor de la globalización no solamente “apostaban”, sino querían imponer la victoria de Hillary. Pero, para quienes conocieran la situación interior de los EEUU y no se fiaran solamente de opiniones recogidas en Manhattan o en el barrio gay de San Francisco, estaba claro que la situación de la clase media y de las clases populares era tal que la victoria de Trump era perfectamente probable desde el primer momento.
7. ¿Cómo ha sido recogida la victoria de Trump internacionalmente? Los gobiernos europeos se lo han tomado por la tremenda. Habían apostado sin excepción –incluso los conservadores– por Hillary y temen que la victoria de Trump les obligue, si quieren mantener la OTAN en pie, a un mayor esfuerzo presupuestario (lo que el electorado europeo no está dispuesto a conceder). Por el contrario, tanto Rusia como China han acogida con simpatía la victoria de Trump: el belicismo y el unilateralismo norteamericano han perdido una batalla.
8. ¿Qué supone para Europa esta victoria de Trump? Muy sencillo: esta victoria va en la misma línea que otros dos episodios “traumáticos” para el progresismo europeo: el Brexit (fin de la UE tal como había sido concebida hasta ahora) y los avances de los partidos euroescépticos en casi todos los países europeos. La victoria de Trump (que no deja de ser un outsider y que es considerado como tal en los EEUU, es decir, un tipo fuera del stablishment) contribuirá a reforzar la credibilidad y la pujanza electoral de los partidos euroescépticos que, a fin de cuentas, están planteando algo parecido en sus respectivos países.
9. ¿Y cómo queda la hispanización de los EEUU? Exactamente igual que antes: Trump ralentizará, ordenará y controlará la inmigración llegada del Sur de Río Grande, pero sobre todo, endurecerá el asentamiento de nuevos inmigrantes en los EEUU… pero en los últimos cinco años, el grueso de la inmigración que llega allí no procede de países hispanos sino de Asia. Trump no podrá nada contra la diferencial demográfica que juega a favor de la comunidad hispana, incluso en Estados en los que ha vencido.
10. ¿Quién apoya a Donald Trump? Las clases populares tradicionales de los EEUU. Eso está claro. La alta burguesía, el progresismo y la comunidad negra, han apoyado a Hillary. Sin embargo, Trump ha vencido en zonas de fuerte implantación hispana, lo que implica que no era cierto que la comunidad hispana viera en Trump a un enemigo irreconciliable.
11. ¿Qué ocurrirá en los próximos días? Inicialmente, las fuerzas que apoyan la globalización (mayoritarias en las bolsas mundiales y en los consorcios mediáticos) no van a aceptar la victoria. Las noticias de primera hora de la mañana indicaban histeria y hostilidad manifiesta contra la victoria de Trump. Se anuncian catástrofes económicas internacionales a corto plazo… como se anunciaron tras el Brexit. Los únicos que temen la victoria de Trump son los progresistas y partidarios de lo políticamente correcto y la élite globalizadora. En los próximos meses veremos que Trump no adopta posiciones racistas, belicistas, sexistas… que solamente se han generado en los laboratorios de propaganda psicológica de la globalización.
12. ¿Cómo afectará la victoria de Trump a España? Realmente, cuando supimos que Pedro Sánchez había ido a EEUU a apoyar la candidatura de Hillary, fue el primer toque de atención de que la victoria de Trump podía ser posible. Ironizamos, claro. Pero lo que es cierto es que el progresismo ha perdido y el conservadurismo ha ganado. En España, no se beneficiará ninguna formación euroescéptica, pero inducirá al PP a rectificar sus posiciones reforzar su conservadurismo. Lo que emane del salón oval de la Casa Blanca será palabra de ley para el centro-derecha español.
“Es hora de que nos unamos como un nuevo pueblo” ha dicho Trump en su primera alocución tras conocer la victoria. EEUU ha tenido una larga entrada en el siglo XXI que ha durado desde el derrumbe de las Torres Gemelas a la victoria de Trump: en esos 15 años, el sueño norteamericano de hegemonía mundial, se han demostrado inviables. Es el precio de que el poder estuviera en manos de lacayos de la globalización (los Bush, los Obama, los Clinton). Las clases populares de los EEUU han votado en contra de todo esto. Hoy, aunque el elector medio norteamericano no lo sepa, aunque los europeos no quieran creerlo: América está más cerca que nunca de Europa. Ahora sí es posible dejar atrás la herencia de 1945 (Guerra Fría y bilateralismo), superar la herencia de 1989 (Caída del Muro de Berlín, inicio del unilateralismo norteamericano y de la globalización), abandonar las ideas mesiánicas seudo-religiosas en las que se apoyaba y reconocer la realidad: situación desesperada del dólar, déficit público insalvable, infraestructuras que se caen o que se han quedado anticuadas, atomización social… Es significativo que en el primer discurso de Trump haya insistido en el valor de la familia, se haya mostrado como un hombre moderado pero extremadamente claro y haya manifestado su intención de reconstruir los EEUU… “Es hora de hacer las cosas bien”, ha dicho Trump.
Ahora queda ver si va a ser capaz de cumplir sus promesas o bien se va a oponer a fuerzas insuperables que congelarán su proyecto.
Análisis: Solo contra todos: Trump le ganó al Sodoma y Gomorra imperial
Manuel Freytas
A los ciudadanos del Imperio que VOTARON por Trump no les importó el respeto a los códigos POLÍTICAMENTE CORRECTOS del decadente sistema de dominio con la DEMOCRACIA MADE IN USA.
No les importó las burlas, las descalificaciones y las demonizaciones contra el candidato convertido primero en el HAZMERREIR del mundo, y luego en un MONSTRUO EMBLEMÁTICO del racismo y la intolerancia social.
No les importó la condena y el repudio mundial de los NORMALES contra la ANORMALIDAD de Trump.
No les importó poner en manos de un "DEMENTE IMPREDECIBLE" el botón nuclear de EEUU (como lo señaló el criminal serial Barack Obama).
No les importó las condenas masivas, culturales y mediáticas, de la NORMALIDAD DEMOCRÁTICA Y PACIFISTA contra los improperios rupturistas y la comunicación MACHISTA Y GUERRERISTA de Trump.
No les importó ponerle un voto SECRETO Y VERGONZOSO al "loco desatado" en el estanque de las BUENAS COSTUMBRES del Imperio DECADENTE de doble discurso.
Y el FENÓMENO Trump (que derrotó vergonzosamente a los encuestólogos y analistas convencionales a escala global) no fue un producto del marketing publicitario y mediático oficial. Fue un proceso de ACCIÓN-REACCIÓN social a favor de un tipo que PELEABA EN SOLEDAD (sin respetar las reglas establecidas) contra los SACERDOTES DEL TEMPLO.
A Trump lo votó en masa la clase media de BAJO NIVEL CULTURAL y los obreros industriales afectados por la crisis económica y la desocupación. Lo votó una MAYORÍA DE HOMBRES (principalmente blancos) y la población de MAYOR EDAD.
Trump NO LE GANÓ A HILLARY CLINTON. Trump estadísticamente le GANÓ A TODOS.
Le ganó al ESTABLISHMENT del poder económico y político (incluido su propio partido).
Le ganó a la CORPORACIÓN MEDIÁTICA que un hecho insólito APOYÓ MASIVAMENTE A CLINTON, incluso los medios republicanos.
Le ganó a las universidades, al establishment cultural, a la prensa internacional (en manos del lobby financiero del dólar) a la farándula de Hollywood, a las organizaciones pacifistas y de "derechos humanos", a las entidades FEMINISTAS, moralistas y de las "buenas costumbres".
En lo INTERNACIONAL, Trump le ganó a la mayoría de los GOBIERNOS y sociedades que lo condenaron y repudiaron, a los funcionarios y presidentes de las potencias imperiales que lo pusieron a la escala de una ALARMA ROJA con peligro inminente para toda la humanidad.
Nadie (salvo Rusia y su aparato mediático y político) le daban chance ni apostaban un centavo por el futuro político y electoral de Trump.
Y contra todos los pronósticos GANÓ TRUMP. Y por arte de magia dejó de ser la BESTIA PREHISTÓRICA DEL MAL para convertirse en un rozagante y poderoso MISTER PRESIDENT del Imperio de SODOMA Y GOMORRA. Y los que lo atacaban, lo vulgarizaban y lo despreciaban, ahora hacen FILA para besarle las manos a su MAJESTAD IMPERIAL.
La nueva historia recién empieza. Y puede decirse con propiedad que con Trump en la Casa Blanca, murió un CAPÍTULO del sistema imperial capitalista de DOMINIO CON LA DEMOCRACIA. Trump ROMPIÓ todas las reglas y se sentó en el trono imperial. Y ahora, seguramente, va a ser IMITADO a escala global.
Pero esa es OTRA HISTORIA que comienza. La historia de los EMERGENTES globales del FENÓMENO TRUMP en el tablero geopolítico militar estratégico de la GUERRA INTERCAPITALISTA. Y esa historia, por capitulo, la van a contar (desde ahora) Donald Trump y Vladimir Putin.
Y no habrá otra alternativa que seguir ESPERANDO EL DESENLACE. Sentados cómodamente frente a la PANTALLA televisiva del SODOMA Y GOMORRA capitalista imperial.
Derrota de Clinton aborta sus planes de guerra contra Siria
Yusuf Fernández
Durante la campaña electoral norteamericana algunos de los asesores de política exterior de Hillary Clinton afirmaron que ella pondría en marcha tras su elección una revisión de la política hacia Siria dirigiendo el foco a atacar al gobierno del presidente Bashar al Assad e imponer un cambio de régimen, en abierta violación del Derecho Internacional. Al mismo tiempo, ella se rodeó de un grupo de asesores belicistas que se distinguieron anteriormente en la puesta en marcha de la guerra sucia contra Siria.
El papel de la propia Clinton en la invasión de Libia y el inicio de la guerra por medio de terceros contra Siria son una muestra de su predisposición a lanzar guerras o escalar las ya existentes. Ella era, sin duda, la candidata de la guerra en estas últimas elecciones.
Uno de los asesores de Clinton, el antiguo jefe de Estado Mayor y ex funcionario de la CIA, Jeremy Bash, afirmó que EEUU provocaría una escalada en la guerra “contra el EI y contra Assad”. Él no mencionó a grupos terroristas como el Frente al Nusra con lo que dejó ver que podrían ser utilizados por el gobierno de EEUU en esa estrategia de confrontación.
Un think tank dirigido por Michele Flournoy, antigua funcionaria del Departamento de Defensa y probable secretaria de Estado en una hipotética administración de Hillary Clinton, pidió explícitamente “limitados ataques aéreos” contra el Ejército y el gobierno sirio.
Leon Panetta, antiguo secretario de Defensa y director de la CIA, era de la misma opinión. Él pidió ataques aéreos contra las tropas sirias para ayudar a los “rebeldes moderados” que luchan contra el presidente sirio y más fuerzas especiales de EEUU para luchar contra el EI y contra Assad. Dado que dichas fuerzas tienen actualmente como misión la de luchar contra el EI y no contra el gobierno sirio, él busco crear una confusión añadiendo en realidad una misión nueva que era de la luchar contra el Ejército sirio.
Significativamente, cuando Panetta pronunció este discurso belicista en la Convención Nacional Demócrata, fue interrumpido por los delegados que se pusieron a corear consignas como “no más guerra”. La gran mayoría del pueblo norteamericano favorece una guerra contra el EI, pero no una contra el gobierno de Siria, y esto ha sido uno de los grandes obstáculos de los halcones antisirios en EEUU a la hora de plantear un conflicto abierto con Damasco.
Más recientemente, Clinton y su entorno mostraron su apoyo a la creación de una “zona de exclusión aérea” sobre Siria para impedir a los aviones rusos y sirios atacar a los grupos terroristas. Algunos responsables militares del Pentágono advirtieron que esto equivaldría a una guerra abierta con Rusia y Siria. Rusia ha respondido mostrando sus músculos mediante el despliegue de su flota y realizando pruebas de nuevos misiles nucleares en un recordatorio a EEUU de que no debía poner a prueba su paciencia.
Todos estos planes han sido abortados felizmente con la derrota de Clinton. Donald Trump, que ha manifestado su predisposición a luchar contra el terrorismo junto con Rusia y que ha manifestado su oposición a las políticas de cambio de régimen, adoptará previsiblemente una política más realista y sensata que aleje el espectro de una guerra a gran escala en Oriente Medio o incluso el mundo.