Cita de: Gato en 02 Julio 2020, 11:35:11
Una interesante reflexión de un historiador argentino, es del 2012:
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EntrarEse texto va en linea con el siguiente artículo académico (al parecer) de un autor británico:
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EntrarEl diario "La Nación" es conocido, por sus posturas liberales y antipopulares, desde el siglo XIX.
Bale recordar, que en esa época, la oligarquía argentina dependía (ideológica y económicamente) del Imperios inglés.
Es más, este diario fue fundado por Bartolomé Mitre. Un terrible cipayo, que además de ser un férreo defensor del liberalismo, reprimió a las montoneras federales y fue una activo defensor de la vergonzosa intervención de nuestro país, en la Guerra del Paraguay. Obviamente al lado de Uruguay y Brasil, con el apoyo del Reino Unido.
Poner plantéos, que cuestionen la soberanía argentina sobre las Malvinas, no hace más que ser funcional al Imperio anglosajón.
Cita de: Eugenio en 03 Julio 2020, 16:35:28
Poner plantéos, que cuestionen la soberanía argentina sobre las Malvinas, no hace más que ser funcional al Imperio anglosajón.
Estimado, el autor podrá ser el tipo más malo del barrio, pero yo me fijo en el mensaje y no en el mensajero.
El toca un punto interesante, y que tienen que ver con la fundación de mitos nacionalistas que permiten, lo que Girard denominó la "unanimidad violenta".
Difícil tener mantener un discurso anti "imperialista" sin desmontar estos mitos nacionalistas. Y así están entrampados, amarrados, encadenados, los argentinos.
Lo que dice el autor es de toda lógica y tienes bases históricas. Fue a mediados del siglo XX que en Argentina se empezó a construir este discurso. En el XIX nada. De hecho, para la década del 30 de ese siglo, el país que tenía más cercanía con las Falklands era Chile, no Argentina. Fue después de los tratados de 1856, en específico, el de 1881, que Argentina accedió a la costa atlántica de la Patagonia.
Si revisas los "papers" del otro autor citado, te darás cuenta que hay bastante evidencia de cómo desde la década del '50 (del siglo XX) se fue inculcando en las escuelas argentinas reclamos sobre territorios que nunca habían sido argentinos. Las elites argentinas contentas con este proceso, lograron amarrar a los incautos izquierdistas, y no me extraña que, en la actualidad, los actuales "comentaristas de reserva", sigan reproduciendo.
Saludos
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Lo que dice el autor es de toda lógica y tienes bases históricas. Fue a mediados del siglo XX que en Argentina se empezó a construir este discurso. En el XIX nada. De hecho, para la década del 30 de ese siglo, el país que tenía más cercanía con las Falklands era Chile, no Argentina. Fue después de los tratados de 1856, en específico, el de 1881, que Argentina accedió a la costa atlántica de la Patagonia.
Me perm ito disentir, solo un poco, sobre esa afirmación, para lo cual voy a recurrir a fuentes chilenas.
Según lo que se expone a continuación, Chile ni un control medianamente cierto, tenía al sur de Bio Bio hasta la década de 1880, por ello mal pudiera haber una "cercanía" con Malvinas en 1830:
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EntrarEl fin de la autonomía territorial mapuche
Ocupación de la Araucanía (1860-1883)
Luego de la Independencia de Chile, la zona sur se encontraba en una situación muy distinta a la del territorio de la zona central. Los bandoleros y montoneros, grupos de soldados prófugos, asolaban las haciendas mostrando la debilidad de las autoridades de la zona...
Luego de la Independencia de Chile (1818), la zona sur se encontraba en una situación muy distinta a la del territorio de la zona central. Los bandoleros y montoneros, grupos de soldados prófugos, asolaban las haciendas mostrando la debilidad de las autoridades de la zona. Sumado a esto, los dirigentes de la ciudad de Concepción se rebelaron en contra de las autoridades centrales en 1851 y 1859. Los distintos grupos mapuche; costinos, pehuenches, abajinos y arribanos, se vieron forzados a tomar posición frente a estos cambios para mantener sus intereses, tal como lo hicieron durante la Colonia. Por ello, no es de extrañar que apoyaran las revoluciones de 1851 y 1859 en beneficio propio. Otro fenómeno presente fue la colonización de tierras agrícolas en la Araucanía, debido al auge cerealero iniciado por la fiebre de oro en California en 1848. Este proceso se caracterizó por el gran número de estafas a tribus mapuche y por diversos conflictos de convivencia entre éstos y los colonos.
El Gobierno central consideró como prioridad la ocupación y asentamiento de la zona de la Araucanía, pasando a ser un tema de debate en el país. En 1861, Cornelio Saavedra propuso un plan de "pacificación" que consistió en construir una línea de fortificación por el río Malleco modificando la frontera que tradicionalmente llegaba hasta el Bio-Bio. Dicho proyecto no estuvo exento de conflictos, incluso al interior de las mismas autoridades chilenas; sin embargo, para la mayoría, el progreso del país -entendido como colonización y desarrollo industrial-, necesariamente pasaba por el sometimiento de las distintas tribus mapuche. La aparición del francés Orellie Antoine en 1861, quien se proclamó "Rey de la Araucanía", dio nuevos argumentos para la ocupación; hizo temer una eventual alianza de Francia con las tribus mapuche.
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Estimado, no se olvide que el virreinato de la Plata se crea en 1776, incluyendo territorios que antes habían estado en manos de la Real Audiencia de Charcas y de la Capitanía de Chile, tales como la zona de las misiones de Paraguay, San Luis y Cuyo. De hecho, la ciudad de Mendoza le debe su nombre a García Hurtado de Mendoza, gobernador de Chile. Y aquí un detalle. El límite sur de la Provincia de Cuyo eran el río Diamante y el río Negro. Hasta ahí llegaba Argentina para su Independencia en 1810.
Tus datos sobre la Araucanía o GuluMapu o territorio mapuche (que incluía Neuken y la Patagonia), son parcialmente correctos. Con el tratado de Quilin de 1641, los españoles habían respetado la autonomía mapuche al sur del río BíoBío. Lo que también incluía Neuken, por cierto. Es decir, todo el Wallmapu. Con la República, ese límite se cambió en 1851 en la Provincia de Arauco, y en 1862, cuando se funda Angol y se avanza hasta el río Malleco. Entre 1881 y 1883 lo que se ocupa es fundamentalmente la provincia de Cautín.
Pero parece que lo que no sabes, es que la República de Chile tenía asentamientos y soberanía más al sur del Gulumapu o parte central del territorio mapuche. En primer lugar varios bastiones españoles que son conquistados por los patriotas, como Valdivia (1820), la ciudad y sus fuertes, también Osorno y sus llanos (1822), la isla de Chiloé (1826) e incluso el Estrecho de Magallanes (1843), con la fundación de el Fuerte Bulnes y luego de la ciudad de Punta Arenas.
Saludos..
Gato
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Con el tratado de Quilin de 1641, los españoles habían respetado la autonomía mapuche al sur del río BíoBío. Lo que también incluía Neuken, por cierto. Es decir, todo el Wallmapu.
Mis "ilustres ancestros" "respetaron la autonomía" mapuche por que el costo/beneficio de tratar de ocupar esas zonas (luego de varias derrotas) demostró ser totalmente negativo. Tribus aguerridas, bien protegidas por vegetación y accidentes naturales, y casi nulo rédito económico, hicieron que los dejaran de lado.
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la República de Chile tenía asentamientos y soberanía más al sur del Gulumapu o parte central del territorio mapuche
Asentamientos costeros y soberanía formal, no significan control del territorio. España y luego Provincias Unidas del Rio de la Plata también tenían asentamientos costeros en la Patagonia, y ningún control tierra adentro, en este caso, no por tribus, sino por lo inhóspito del territorio. Sí, en el remonte navegable del Rio Negro.
La "relación" chilena con Malvinas a partir de 1833, tal vez lo fué con los ingleses que tomaron el control de las islas desde enero de ese año, por ello las designas como Falklands, en contra de la designación española y francesa.
Los malones mapuches con sus subordinados tehuelches , hacia el norte del Río Negro, dentro de las actuales provincias de Buenos Aires y La Pampa de argentina, estuvieron motivados por que una vez diezmados los rebaños de ganado vacuno "cimarrón" (semi salvajes) , fueron a buscar ganado doméstico ( mujeres, armas tejidos. . .) en los asentamientos españoles-criollos más al norte,. Ganado que luego terminaba siendo comercializado (menos consumo propio) vía los puertos chilenos (Valdivia casi 100% seguro, no??), básicamente a los ingleses, de allí, tal vez, tu referencia a la "relación" chilena con Malvinas.
Que la ciudad de Mendoza (hoy Argentina) haya sido fundada desde la Capitanía de Chile, no significa nada, el obstáculo natural formidable que significa la cordillera de los Andes, imponía a los españoles lo razonable, que su vínculo fuera hacia el oeste, aun que el camino fuera más largo. El norte de Argentina fué "colonizado" desde el virreinato del Alto Perú, y eso que vale hoy?? Nada de nada, salvo referencia histórica.
En plan histórico también podemos recordar que el imperio Inca, llegó en el actual Argentina, vía las alturas, hasta las montañas que están en la zona limítrofe entre las actuales provincias de Tucumán y Catamarca (Para ver el contenido hay que estar registrado.
Registrar o
Entrar), el valle Calchaquí (de los indios Calchaquies) a sus "pies", y por la cordillera hasta las zonas de al menos, la actual zona de la provincia de San Juan (Argentina) y por supuesto también del lado del actual Chile. Qué implica esto hoy, nada, salvo para historiadores, arqueólogos y antropólogos (tal vez).
Seguro da para mucho más, pero al menos para mi, está todo cumplido.
Saludos
SADOMASO. El profesor Luis Alberto Romero y las cadenas de la Vuelta de Obligado
Boot se despertó fulminante luego de leer la parida de Romero.
Historia de L
Por Teodoro Boot
Algo le pasa al profesor Luis Alberto Romero, algo muy malo, que lo trae permanentemente avinagrado y enardecido por desesperadas ansias de autodenigración. Podrá ser, en su caso, la larga sombra paterna, proyectándose a la vida del hijo y convirtiendo su senectud en un tormento.
No obstante su adhesión y participación en una cruel dictadura militar, José Luis Romero fue un destacado político y un historiador de renombre. Renombre que de algún modo se transfirió al hijo con la misma legitimidad con que se lega un reloj o una estancia.
Es posible, pero debe haber algo más, porque de tratarse únicamente de eso, Luis Alberto se limitaría a la autodenigración individual, pero, extrañamente, su pulsión es tornarla colectiva. Luis Alberto se solaza y goza, goza al perturbador estilo de O, la fotógrafa sadomasoquista de Pauline Réage, pero a la vez pretende someternos a todos a similares maltratos, sevicias y humillaciones.
Porque Luis Alberto, más que sufrir, se humilla y nos quiere a todos igual de humillados y sometidos, porque además de individual, su expiación es colectiva.
¿Qué culpa tenemos nosotros, se preguntará usted, de que Luis Alberto sea el atormentado hijo del olímpico José Luis?
Es que no se trata únicamente de eso, y tal vez no se trate de eso en absoluto y a Luis Alberto le nefregue el nombre del padre y hasta el padre mismo, pues apenas uno mira alrededor ve infinidad de clones y cloncitos de Luis Alberto, con su misma pulsión a la autodenigración , y sería una afrenta inconcebible sospechar que todos pudieran ser hijos de don José Luis Romero.
Para decirlo en palabras de un comunicador iniciado periodista y devenido clown: “Yo soy una mierda y todos ustedes son una mierda. Somos todos una mierda” (pronúnciese “mierrrrrdra”).
Quien no esté mentalmente perturbado ignorará hasta qué esferas de placer puede remontarnos un sentimiento tan raro, por eso la mayoría de los ciudadanos más o menos sanos asisten perplejos a esa clase de confesiones públicas.
Historiador, intelectual, docente universitario, durante años titular de la cátedra más aburrida e insustancial de la carrera de Historia de la Universidad de Buenos Aires, el profesor Romero no lo dice ni mucho menos, lo hace de ese modo. Sus autodenigraciones son elegantes, finas, de salón, con servicio de té y masitas, y trata de evitar o al menos encubrir la diatriba recurriendo a la historia para demostrar cuán inútiles somos, cuán incapaces de algo grande y serio. A su elegante y fino modo, Luis Alberto también nos dice “Miren la mierda que somos”.
Dice Somos, pero en realidad quiere decir Son. ¿Quiénes? Ustedes. Vale decir nosotros, todos los que no somos él. O ellos.
Y como a todo carcamal perverso, a Luis Alberto le dio por una monomanía: desde hace cuatro años no piensa más que en la Vuelta de Obligado (Para ver el contenido hay que estar registrado.
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No es que a Luis Alberto se le dé por concurrir a San Pedro para el pic-nic del día del estudiante, que ya no está para esos trotes, sino porque en esa angostura del Paraná se libró un combate contra la flota anglofrancesa, lo que en 1845 era equivalente a combatir contra una flota yanqui-soviética en 1970. Dicho sea para darle alguna perspectiva al asunto.
A Luis Alberto le agarró la viaraza cuando el Poder Ejecutivo Nacional declaró feriado el día 20 de noviembre, proclamándolo Día de la Soberanía Nacional. De algún modo esto parece ofender mucho a Luis Alberto, de manera que a cada año no bien llegada la fecha, le da una rabieta de esas jodidas, que lo descomponen, y trascartón, como los perritos bien educados vierte sus deposiciones en las páginas de algún diario.
Año tras año, transido de placer, Luis Alberto leva su índice vacilante y goza: “Sepan, nacionalistas delirantes, que el combate de la Vuelta de Obligado fue una derrota, no un triunfo”.
¡Qué placer obtiene Luis Alberto al explicar que el combate de Obligado fue una derrota, no un triunfo.
El triunfo, dicho sea de paso, fue de Alberto Merlo y Miguel Brascó, que no estuvieron en la batalla pero la cantaron.
En su condición de historiador, Mario Pacho O´Donnell (Para ver el contenido hay que estar registrado.
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Entrar) respondió adecuadamente el berrinche indigesto de Luis Alberto, aunque absteniéndose de hacerlo en su condición de psicoanalista. Una desconsideración de su parte, ya que el psicoanálisis tal vez pudiera resultar más adecuado que la verdad histórica: nada, ningún hecho, ninguna interpretación servirá para que la atribulada psiquis de Luis Alberto deje de remontarlo a las inconmensurables cumbres del sado cada vez que nos amoneste: “La flota cortó las cadenas que cerraban el río y llegó a Asunción”.
Y Luis Alberto goza, goza…
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Entrar Cita de: Gato en Ayer a las 00:39:37
Estimado, el autor podrá ser el tipo más malo del barrio, pero yo me fijo en el mensaje y no en el mensajero.
El toca un punto interesante, y que tienen que ver con la fundación de mitos nacionalistas que permiten, lo que Girard denominó la "unanimidad violenta".
Difícil tener mantener un discurso anti "imperialista" sin desmontar estos mitos nacionalistas. Y así están entrampados, amarrados, encadenados, los argentinos.
Lo que dice el autor es de toda lógica y tienes bases históricas. Fue a mediados del siglo XX que en Argentina se empezó a construir este discurso. En el XIX nada. De hecho, para la década del 30 de ese siglo, el país que tenía más cercanía con las Falklands era Chile, no Argentina. Fue después de los tratados de 1856, en específico, el de 1881, que Argentina accedió a la costa atlántica de la Patagonia.
Si revisas los "papers" del otro autor citado, te darás cuenta que hay bastante evidencia de cómo desde la década del '50 (del siglo XX) se fue inculcando en las escuelas argentinas reclamos sobre territorios que nunca habían sido argentinos. Las elites argentinas contentas con este proceso, lograron amarrar a los incautos izquierdistas, y no me extraña que, en la actualidad, los actuales "comentaristas de reserva", sigan reproduciendo.
Saludos
Yo no comparto ese punto de vista liberal.
No es nada nuevo, pertenece a la visión de la historia oficial armada desde el Poder, para que el pueblo, no tenga conocimiento de sus raíces.
No se que tiene que ver todo lo que ponés con el tema de la Guerra de Malvinas.
Te recomiendo que saqués todas estas publicaciones, y las pongas en otro lugar.
Aparte, podés escribir en español, en lugar de utilizar neologismos como "papers".
La nota que pusiste, no aporta nada relativamente nuevo y hay abundante documentación mostrando lo contrario.
La visión que ponés es de las "élites" justamente.
Por eso trataba de ilustrar.
Típico de la tilingada, pensar, que descubre la pólvora cada vez.
Aparte utilizar el término Flaklands denota que sos un cipayo de cuarta.
La verdad, que rompe las pelotas tener que atender a todos los que se repiten las zonceras del sistema y encima se piensan que son rebeldes.
Y repito, este hilo es sobre la Guerra de Malvinas.