Para ver el contenido hay que estar registrado.
Registrar o
Entrar( mientras tanto podemos ir leyendo esto )
----------------------------------------------------
Lo que se oculta detrás del despliegue de los F-35 de EEUU en Japón
VIERNES 27 DE ENERO DE 2017 22:00 ImprimirPDF
alt
Carl Baker, experto estadounidense en temas de defensa, comentó a Sputnik los motivos del despliegue de aviones de EEUU en Japón. F-35B está aterrizando en el buque anfibio USSWasp.
Baker admitió que los cazas furtivos F-35 que Washington recientemente envió a la ciudad nipona de Iwakuni formarán parte de un grupo de combate universal junto con el buque de asalto anfibio de la clase Wasp, ya desplegado en el puerto de Sasebo. De esta manera, la capacidad de los F-35B de efectuar aterrizaje y despegue verticales —una característica necesaria para la aviación embarcada— fue la razón principal por la cual Washington decidió enviarlos a su aliado en el Pacífico.
"La decisión de desplegar los cazas en Japón parece algo simbólica, destinada a destacar el compromiso de EEUU de garantizar la seguridad de Japón. Además, [la decisión] es claramente la continuación de la política de la Casa Blanca de su giro hacia Asia", subrayó. No obstante, agregó Baker, Washington no solo intentó demostrar sus buenas relaciones bilaterales con Tokio al desplegar sus cazas en Japón, sino también quería desarrollar su capacidad de llevar a cabo operaciones anfibias en la región.
Japón insta a EEUU a garantizar la seguridad de sus aviones militares China, por su parte, lo percibe como una amenaza directa, sobre todo, en relación con los litigios relacionados con el archipiélago de Senkaku, ubicado en el Mar de China Oriental y disputado por Japón, Taiwán y China, apuntó el experto.
Así, Pekín está tratando de establecer un "contrapeso al despliegue de las armas estadounidenses en Japón", por lo cual ya ha lanzado el desarrollo de su propio caza furtivo de la quinta generación, J20. "Sigue abierta la cuestión de si debemos considerarlo como una carrera de armamentos o una competencia natural entre dos países vecinos […] Pero cada país desarrolla sus fuerzas armadas y las tropas anfibias son de particular interés para ellos", concluyó.
NationalReview: "Llegó la hora de acabar con el F-35"
El caza-bombardero de quinta generación F-35 se convirtió en uno de los mayores fracasos en la historia de la industria aérea militar estadounidense. El presidente electo debe cerrar este "inviable" proyecto, opina el ingeniero Mike Fredenburg, analista en TheNationalReview.
El especialista está convencido de que en los F-35 "ya no se puede arreglar nada". En su texto explica que los errores de ingeniería y otros fallos cometidos en la etapa de diseño del avión militar no pueden ser corregidos.
Como principal problema el columnista subraya el enfoque irracional de los ingenieros de la empresa fabricante del caza, Lockheed Martin, en cuanto a la reducción de la masa del avión. Según Fredenburg, los diseñadores lograron aligerar la aeronave al desmontar las armas que el caza necesitaba y al simplificar su sistema de seguridad de vuelos. Además, los elementos de construcción del F-35, hechos de una aleación especial de aluminio, no pueden soportar un sobrepeso.
Otro problema destacable, según el analista, es el funcionamiento inestable del propulsor y los fallos constantes en el sistema de enfriamiento. "Llegó la hora de enfrentar la verdad: dados los errores fatales cometidos durante el proceso de diseño, hace 20 años, el F-35 padecerá siempre los problemas de peso insuperables y de recalentamiento. En este sentido, nunca vamos a tener un avión seguro y rentable en el marco de este programa", explicó Fredenburg.
A modo de conclusión el autor del artículo llama al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, a cancelar el ineficaz programa y "salvar el dinero de los contribuyentes norteamericanos" para no desperdiciarlo en un proyecto inviable que cuesta 1,5 billones de dólares.
Informe del Pentágono: El F-35 tiene 276 deficiencias y aún no es apto para operaciones de combate
Centenares de deficiencias todavía no corregidas demorarán hasta como mínimo el año 2020 la puesta en servicio operacional del futurista cazabombardero estadounidense F-35, cuya reparación costará unos 1.000 millones de dólares, sugiere el informe anual redactado por Michael Gilmore, el director de Pruebas y Evaluaciones Operacionales del Pentágono (DOT&E).
La condenatoria evaluación de Michael Gilmore es parte de la edición para 2016 del extenso informe anual sobre el año fiscal. El dossier dedicado al F-35, de 62 páginas, pinta un sombrío panorama para el aclamado y futurista programa del caza furtivo Joint Strike Fighter de EE.UU. Es más: el programa, cuyo objetivo era ahorrar mediante un diseño modular, ya cuesta un 70% más que las estimaciones iniciales.
El proyecto, que empezó en 2001, prevé entregar a las Fuerzas Armadas estadounidenses y vender a países aliados tres versiones del avión: el F-35A CTOL (despegue y aterrizaje convencionales), el F-35B STOVL (despegue corto y aterrizaje vertical, diseñado para el Cuerpo de la Marina) y el F-35C CV (caza embarcado).
Actualmente Gilmore está en proceso de abandonar el Departamento de Defensa como parte del cambio regular de funcionarios designados políticamente. Aunque los responsables del programa del F-35 de Lockheed Martin siguen insistiendo en que el avión funciona bien y que los problemas encontrados en las pruebas operacionales se arreglan rápidamente, el informe final de Gilmore deja claro que no cree en sus promesas.
"Los Servicios han indicado que 276 deficiencias de rendimiento en combate en el Bloque 3F [la nueva versión del software de la aeronave] deben ser corregidas imperativamente, pero menos de la mitad de las deficiencias críticas han sido abordadas para ser reparadas", dice el informe de Gilmore refiriéndose a los problemas en el software del F-35. "Seguimos descubriendo deficiencias a un ritmo de unas 20 al mes", agregó el funcionario en su informe.
¿De qué deficiencias se trata?
"Se necesitan más pruebas para evaluar la estructura cibernética del vehículo aéreo y apoyar el sistema de infraestructura logística", dice el informe, "y para determinar si sus vulnerabilidades pueden comprometer los datos sobre el F-35 y en qué medida".
Sin embargo, los responsables del programa están tratando de prescindir de varias pruebas y declaran que el avión será operable a partir de agosto de 2017, según el informe.
"Los múltiples problemas y demoras ponen de manifiesto que el programa no será capaz de iniciar las IOT&E [pruebas de capacidad para operar] con capacidad de combate completo hasta finales del CY18 o principios del CY19, como muy temprano", es decir, en 2018 y 2019, respectivamente.
Además de problemas de software, el caza está plagado de problemas estructurales. Por ejemplo, la conexión entre la cola vertical y la estructura del avión se está desgastando mucho más rápido de lo esperado, mientras que los ganchos de retención (en la versión embarcada) se deshilachan después de un solo uso.
El carenado de los motores se sobrecalienta en ciertas pruebas en vuelo, la cola horizontal continúa sufriendo daños por calor y las oscilaciones "excesivas y violentas", por citar solo algunos más de la miríada de problemas que experimenta el F-35.
Análisis: EEUU y China a los golpes: ¿quién caerá primero?
Encarnizado. Así es el toma y daca en el que están enzarzados como en una telaraña China y EEUU. Desde Washington juran impedir al gigante asiático su acceso a las islas que construyó en el Mar de China Meridional. Desde Pekín responden que EEUU no tiene vela en ese entierro. La tensión entró en una espiral que de momento no pasa de ser dialéctica.
"EEUU defenderá sus intereses en el mar de la China Meridional", disparó un flamante secretario de Prensa de la Casa Blanca Sean Spicer. Y en un espaldarazo a unas declaraciones previas del secretario de Estado electo, Rex Tillerson, quien afirmó que EEUU debe impedir el acceso de Pekín a las islas en disputa en el Mar de China Meridional, dijo que "de hecho están en aguas internacionales" y no pertenecen a China, "entonces sí vamos a asegurarnos de que defendemos los territorios internacionales de ser tomados por un solo país".
Para el director de Elespiadigital.com y analista internacional Juan Aguilar, "estamos ante un tema geopolítico muy importante y grave que no ha aparecido ahora con la nueva administración norteamericana: ya se venía arrastrando de años atrás con Obama".
"Hay razones históricas por las que China quiere ejercer su soberanía sobre ese mar, y el valor estratégico y comercial que tiene para EEUU, hace que éste intente impedir por todos los medios que al final sea un solo país, China, quien domine esas aguas."
"Con lo cual, las declaraciones de Spicer están dentro de la tónica habitual de la política norteamericana en la zona. Y aunque haya cambiado la administración, existen razones geoestratégicas de mucho peso como para que esto se mantenga, e incluso se agudice con el Gobierno de Donald Trump", señala el experto.
Y es que en el contexto de un nuevo inquilino en la Casa Blanca, Aguilar explica que "volvemos a repartir cartas, pero la partida es la misma que ya existía anteriormente. Y es una partida peligrosa porque es una zona de fractura geopolítica muy arriesgada que en un momento determinado puede acabar incluso en algún incidente armado porque están todos acumulando demasiadas fuerzas en la zona, y eso eleva mucho la tensión, eleva mucho los riesgos de que se produzcan esos incidentes".
Días pasados, China advirtió a Washington de que tendrá que "prepararse para un enfrentamiento militar" si el equipo diplomático de Trump sigue formando las futuras relaciones con Pekín de la forma en que se viene haciendo.
Para Juan Aguilar, "esto implica poner el listón muy alto. Es una forma de intentar decir 'o nos vamos poniendo de acuerdo, o usted me respeta, o efectivamente al final, acabaremos a tortazos'. China intenta decirle a EEUU 'oiga, usted aquí no tiene ni arte ni parte. Usted está a 9 mil kilómetros'", concluye el analista.