Vivir haciendo lo que a uno le gusta.... ¿Quién no comparte ese sueño?
Hay quienes lo tienen fácil para cumplirlo: hay quiénes soñaron con ser ingenieros de software, y considerando la demanda de que hay en este campo, así como las ofertas de formación que existen, quién quiera ganarse las habichuelas programando, lo tendrá fácil. Y lo mismo podremos decir con respecto a quiénes quieran ser doctores en medicina, dentistas, abogados...
Pero aquellos que pierden el sueño soñando con los autogiros... ¿Cómo podrán materializar su obsesión?
Quiénes afrontaron este desafío, verdaderamente tuvieron que ejercitar sus neuronas para verlo cumplido. Dejando de lado obviedades, como las que se corresponden con los diseñadores y fabricantes de autogiros, ya se trate de Ela o Celier, el terreno se antoja más escabroso. Quizá podríamos arrimar a ese grupo de valientes a los fundadores del Gyro Club de la Cierva de Madrid, que llevan más de 30 años en el asunto. Pero si de echar imaginación se trata, me atrevería a señalarles a los dueños de AutoGyro América:
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EntrarSi te gustan los países tropicales, como Costa Rica, y te gustan los ultraligeros... ¿Qué mejor idea que mezclar ambas cosas en un solo proyecto? Un proyecto turístico que se ha materializado en un hotel en la Península de Guanacaste, en Costa Rica, llamado Flying Crocodile, que cuenta con su propia pista privada, desde donde se ofrecen tours en autogiros a sus clientes, así como clases para aquellos más atrevidos que gusten de ambos tipos de emociones.
Tanto los tours como las clases de manejo de autogiros se realizan utilizando autogiros Calidus, Cavalon y MTO.
A continuación dejo unos link relacionados con el tema. El primero muestra el hotel, y añado otro con un giro tour por la costa pacífica costarricense:
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EntrarSoñar no cuesta nada...