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EntrarErdogan Pide a Washington para una línea de vida en Quagmire sirio de la OTAN
Finian CUNNINGHAM | 17.05.2013 | 08:46
Primer Ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan se encontraba en Washington para reunir más directa intervención de la OTAN en el conflicto de Siria. La visita se produjo a raíz de un atentado con coche bomba doble en la ciudad turca de Reyhanli el 11 de mayo en el que murieron más de 50 personas.
El contexto sugiere que el gobierno turco puede haber tenido una mano en ese atentado, en un intento desesperado por conseguir la OTAN para sacar a Ankara de un fracasado, y criminal, táctica del cambio de régimen en Damasco.
Pocas horas después del doble atentado con coche bomba en la ciudad fronteriza turca de Reyhanli, líder Recep Tayyip Erdogan de Turquía echó la culpa de la atrocidad con énfasis en las fuerzas del Estado sirio. En un tono de enojo de desafío, Erdogan prometió que su país no sería "arrastrado en el pantano" de la guerra en Siria.
Pero la verdad es que Turquía ya está profundamente envuelto en Siria más de un sangriento conflicto de dos años que, según algunas estimaciones se ha cobrado más de 80 vidas, ooo.
En una negación directa de cualquier participación en la masacre Reyhanli, el gobierno sirio señaló con justa razón que las autoridades turcas deben asumir la responsabilidad de su política exterior beligerante hacia su vecino del sur.
El gobierno de Erdogan de hecho ha permitido que sus pasos fronterizos con Siria para convertirse en centros logísticos de militantes respaldados por la OTAN para lanzar ataques contra el ejército sirio del presidente Bashar al-Assad.These grupos militantes, que comprenden los llamados mercenarios yihadistas de varios árabes y otros países, también están acusados de atacar la población civil con actos atroces de terrorismo, incluidos los no-advertencia coches bomba en barrios urbanos.
Sí, es cierto que cientos de miles de sirios han huido buscando refugio en Turquía, donde el gobierno de Ankara está proporcionando ayuda humanitaria. Unos 400.000 refugiados sirios se estima que residen en Turquía desde que el conflicto en erupción en marzo de 2011, en las ciudades fronterizas como Reyhanli en la provincia de Hatay, a un costo total de $ 50 millones al mes a Ankara.
Sin embargo, el gobierno de Erdogan ha permitido porosas fronteras para la libre circulación de armas y combatientes a Siria. Exasperante para Damasco, estos militantes se les permite retirarse a Turquía por las autoridades de Ankara a fin de reagruparse y rearmarse.
Informes fidedignos también dicen que la CIA estadounidense y otras agencias de inteligencia militares occidentales están proporcionando a los mercenarios sirios con la formación y la logística de la base de la OTAN Incirlik en la provincia turca de Hatay ...
Además, los militares turcos han sido capturados o muertos en combates con el ejército sirio en los últimos meses, de acuerdo con los medios de comunicación estatales sirios.
También se afirma que las armas químicas han sido suministrados desde territorio turco a los mercenarios en Siria. Esta última afirmación, de ser probados, tiene una cierta ironía, ya que el primer ministro de Turquía, Erdogan ha sido una de las voces más vehementes entre los aliados de la OTAN y regionales acusan a las fuerzas de Assad desplegar armas químicas en marzo cerca de la ciudad norteña de Aleppo.
En resumen, bajo el liderazgo de Turquía Erdogan ya está empantanado en el lodazal de Siria. Por otra parte, el gobierno de Erdogan, a través de sus decisiones y acciones políticas, creado en gran medida este atolladero terrible.
Pero el problema para el líder turco es que la agenda de la OTAN evidente del cambio de régimen en Damasco no ha ido al plan. En lugar de una campaña encubierta relativamente rápida de desestabilización, como en Libia, el régimen de Assad ha demostrado ser sorprendentemente recalcitrante. De hecho, la evidencia es que las autoridades sirias están ganando cada vez más la ventaja militar contra los mercenarios de la OTAN respaldados, a pesar de la carnicería y el caos desatado en ese país.
Esta operación de cambio de régimen prolongado se ha recuperado más perjudicial para Turquía un vistazo a todos los protagonistas de la OTAN. La crisis de los refugiados se calcula que han costado Ankara $ 1,5 mil millones hasta ahora, y con el número de refugiados en Turquía solo duplique a finales del año que está poniendo una carga insostenible para la economía una vez animado de Turquía.
El conflicto sirio mercurial también se está recuperando de desestabilizar a los problemas de seguridad interna de Turquía con la insurgencia separatista kurda de larga duración en las regiones del sur.
E, irónicamente, los militantes yihadistas que Turquía ha fomentado han vuelto a morder la mano que le da de comer. Comunidades de la frontera turca se quejan de bandolerismo y la criminalidad de estos grupos durante sus períodos de "descanso" hasta cuando no están haciendo estragos dentro de Siria. Tenderos y otros negocios en las zonas fronterizas de la provincia de Hatay informe de Turquía de ser acosado y saqueado por pistoleros armados con bandas que se sienten con derecho a "botín de guerra".
El gobierno de Erdogan está pagando un precio político grave para estas diversas formas de retroceso de sus intrigas de la OTAN en Siria. Las tres veces elegido Erdogan ha caído en las encuestas entre los turcos ordinaria. Las protestas públicas en Ankara y otras ciudades turcas han denunciado la incitación al conflicto en la vecina Siria. Cabe destacar que, aunque en las consecuencias de los atentados Reyhanli, el público turco ha dirigido su ira contra Erdogan, no a los presuntos responsables sirios. Regionalmente, también, una vez que-brilla la estatura de Erdogan como un agente político honesto también ha tomado una paliza.
En los últimos días, mientras que Erdogan estaba en reunirse con el presidente Barack Obama Washington, el presidente turco, Abdullah Gul visitó la escena de terror de Reyhanli. En un discurso que se erizó con exasperación, Gul denunció a la comunidad internacional para "la retórica simbólica" y ninguna acción sobre Siria. Por "comunidad internacional", estaba claro que Gul se refería indirectamente a los EE.UU. y otros socios de la OTAN, Gran Bretaña y Francia.
Varios analistas han dicho que lo que Erdogan estaba tratando de Obama fue para los EE.UU. para hacer más del trabajo pesado en la operación de cambio de régimen de la OTAN en Siria. Esto implicaría la oferta más directa militar de EE.UU. a los militantes en el terreno en Siria, la creación de zonas de exclusión aérea en las zonas fronterizas de Siria y de los EE.UU. y sus aliados europeos para disfrutar de una parte de los refugiados. Pero, para disgusto de Erdogan, los EE.UU. parece estar jugando un juego más político, colocando sus apuestas sobre el próximo proceso de diálogo político está establecido en Moscú el próximo mes en Ginebra. Eso significa que no hay alivio a corto plazo en favor de Turquía.
Hay un sentido discernible de la frustración, si no la desesperación, en Ankara que se está dejando llevar la lata para la guerra encubierta de la OTAN en Siria. Aunque Obama ha puesto reparos acerca de la evidencia de las supuestas armas químicas de Siria, brama Erdogan que la "línea roja se ha cruzado hace mucho tiempo". Uno se pregunta por qué Turquía, si se siente tan confiado en sus denuncias de las armas químicas que se utilizan por las fuerzas de Assad, no ha invocado las disposiciones de defensa del paraguas de la OTAN? Tal vez, Erdogan sabe que sus principales socios de la OTAN no tienen estómago para una intervención en toda regla desordenado en Siria, y cualquier invocación de la OTAN por él daría lugar a más de huevo en la cara.
Bind del gobierno de Erdogan sobre Siria pone el bombardeo Reyhanli en un contexto significativo. ¿Quién tiene que ganar de tal atrocidad? Ciertamente no el gobierno de Assad en Damasco. Parece estar ganando la guerra contra los militantes respaldados por la OTAN, y la noción de que Damasco podría sancionar esa masacre, que podría desencadenar terribles repercusiones externas, no tiene sentido.
Sin embargo, antes de la visita de Erdogan a Washington, que espectacular acto de terrorismo fortalecería su influencia para obtener más práctico el apoyo estadounidense para aliviar la tensión aguda de Turquía. La carrera apresurada de señalar con el dedo a Damasco por Ankara a pocas horas de los atentados gemelos sugiere un deseo impropio de encontrar un culpable conveniente - con independencia de pruebas incriminatorias.
Según el diario turco, Hurriyet, las dos explosiones en Reyhanli afirmaron 51 vidas y destruyó más de 730 lugares de trabajo, 62 vehículos, ocho edificios públicos y 120 viviendas. Sin embargo, dentro de los cuatro días de esta carnicería, Hurriyet informó que las autoridades turcas afirman que su investigación penal sobre las explosiones "fue completa" - a pesar de que 10 de las víctimas no habían sido identificados positivamente y 13 personas fueron retenidos por la policía turca para ser interrogados por el incidente.
Pobre Erdogan. Desde su Partido Justicia y Desarrollo asumieron primera oficina en 2003, un hilo conductor de la política exterior de su gobierno ha sido una visión de "neo-otomanismo". Esto se suponía que anunciar una fuerte Turquía en Oriente Medio para recuperar la gloria pasada y la influencia regional del otrora poderoso Imperio Otomano. Al parecer, con la visión de su partido en el gobierno de neo-otomanismo, el primer ministro turco se dejó seducir por los planes encabezadas por Estados Unidos para re-ordenar el Oriente Medio, con el cambio de régimen para adaptarse a los intereses hegemónicos de Washington, y con Ankara ganando un lugar cimero en la mesa geopolítica estadounidense.
No fue una coincidencia que una de las primeras iniciativas de política exterior de Obama en 2009 fue de nombrar Hermandad Musulmana gobierno alineado a Erdogan como su "interlocutor" en el Medio Oriente.
Parte de esta gran alianza estratégica entre Washington y Ankara era evidente que Turquía cumplir las órdenes EE.UU. en relación con el cambio de régimen en Siria y, por extensión, para socavar los tradicionales aliados de Siria, Irán, Rusia y China.
El resultado final amargamente irónico de esta seducción es que no sólo es la Turquía de Erdogan en peligro de dañar las relaciones geopolíticas con Irán y Rusia en materia de energía y de otros vínculos comerciales vitales, que ahora se encuentra en un conflicto cada vez más intratable de Siria. Ese conflicto se está recuperando con los costos humanos y económicos incalculables.
Y sin embargo, supone socio americano de Turquía parece despreocupado por dejar Ankara deslizarse más lejos en ese lodazal. No es de extrañar Erdogan está sufriendo de esa sensación de hundimiento.
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