No puedo negar que me encuentro escandalizado por las constantes noticias sobre pelotazos protagonizados por políticos y empresarios en España. Pero revisando la historia contemporánea, alivia encontrar ejemplos de ingenieros españoles talentosos, capaces de diseñar maquinarias innovadoras, que sin embargo comparten como denominador común la indiferencia, e incluso la hostilidad, de la clase política y empresarial hispánica.
El primer caso, es el del científico, militar y marinero Isaac Peral y Caballero, inventor de un submarino torpedero en el año de 1888. La habilidad de Peral consistió en combinar sus conocimientos sobre energía eléctrica con diversas innovaciones (periscopio, depurador de aire, tubos lanzatorpedos, etc..). El resultado fue un navío que superó satisfactoriamente las evaluaciones efectuadas por la marina española. Pero inexplicablemente, tanto el invento, como su inventor, fueron sometidos a una campaña de desprestigio desde diversas instancias gubernamentales, que obligaron a Peral a renunciar de la marina. La marina relegó al prototipo de submarino al olvido, y Peral, por razones éticas, nunca intentó vender su invento en el extranjero. Su vida la cegó un cáncer fulminante a la edad de 44 años. La ceguera de la clase política y militar de su tiempo privó a la armada española de contar con esta gran innovación.
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EntrarEl segundo caso es el del inventor Leonardo Torres Quevedo, genio diletante hoy casi olvidado. Torres Quevedo patentó en 1902 un novedoso diseño de dirigible, que probó con éxito en España entre 1906 y 1908. El nuevo aparato no solamente superó las deficiencias de gobernabilidad de los dirigibles de su época, sino que sirvió a Torres Quevedo de base para proponer un tratado de los principios teóricos de la aeronáutica. Pero la clase empresarial hispánica no afrontó el reto de financiar la producción de la nueva aeronave. A diferencia de Isaac Perales, Torres Quevedo promocionó su invento en Francia, donde obtuvo el apoyo de la empresa Astra, que construyó hasta 30 dirigibles, a los que se suman otros 60 fabricados en el Reino Unido. El dirigible de Torres García no fue un invento pasajero, pues de hecho los dirigibles del siglo XXI se basan más en los principios técnicos ideados por este inventor.
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No de menor entidad fue la invención del telekino, uno de los primeros aparatos de telecontrol, cuya eficacia demostró en 1906, cuando maniobró un bote teledirigido en el puerto de Bilbao. El inventor tuvo la intención de aplicar el telekino a proyectiles y torpedos, pero una vez más la falta de apoyo financiero hicieron que abandonara este desarrollo innovador, que en el año 2006 fue elegido por la IEEE como un auténtico hito de la ingeniería teledirigida.
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Por último, otro caso destacado fue el de Juan de la Cierva y Codorniu, ingeniero murciano muerto prematuramente, inventor del autogiro. Juan de la Cierva desarrolló su invento en España con el apoyo del Ejército del Aire. Pero una vez superado el umbral de la operatividad, y ante el nulo apoyo económico de las empresas españolas, el inventor buscó el apoyo en el extranjero, mismo que obtuvo de empresas inglesas y norteamericanas, en las que su invento alcanzó la madurez.
Mientras el submarino de Isaac Peral permanece relagado a los anaqueles de la historia militar hispánica, los inventos de Torres Quevedo y Juan de la Cierva han conocido en los últimos lustros un renovado interés.
En lo que respecta a los dirigibles, su capacidad para permanecer en el aire por largos períodos de tiempo, ha reavivado el interés por utilizarlos para labores de vigilancia y retransmisión de telecomunicaciones. Y los dirigibles del siglo XXI al parecer deben mucho más a las innovaciones hechas por Torres Quevedo que las desarrolladas por otros ingenieros que diseñaron dirigibles.
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En cuanto a los autogiros, los principios técnicos ideados por de la Cierva posibilitaron el diseño de los primeros helicópteros operativos, y en la actualidad los modernos autogiros se han beneficiado de las innovaciones desarrolladas para los helicópteros durante las últimas seis décadas. Los autogiros de última generación están logrando abrirse un nicho en las fuerzas policiales gracias a su estabilidad, su maniobravilidad y a sus bajos costos de compra y de operación.
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EntrarIgnorados por los políticos y capitalistas hispánicos de su momento, los inventos de Isaac Peral, Torres Quevedo y de la Cierva destacan en la historia como brillantes ejemplos de la ingenieria mundial, pero también como auténticos monumentos a la cegatería sempiterna de las clases dominantes ibéricas.